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Intérprete (navatlato, lengua) .
Categoría general: Servidores.

Los intérpretes eran personas que hablaban dos lenguas y por lo tanto servían de traductores entre diversas gentes. Estos fueron imprescindibles sobre todo para la comunicación entre los españoles y los indígenas; pero desde antes de la llegada de los españoles el cazonci tenía intérpretes. Por ejemplo, cuando se conquistaba un pueblo y el señor del mismo se rendía y se ponía bajo las órdenes del cazonci, éste mandaba a un valiente hombre con un intérprete para que introdujeran de nuevo en su pueblo al respectivo señor y le explicaran a la gente cómo debían servir de allí en adelante al cazonci. Es de suponer que el intérprete sólo acompañaba al valiente hombre cuando en el pueblo conquistado se hablaba una lengua distinta al tarasco. Cuando los mexicanos enviaron una primera embajada para solicitar la ayuda de Zuangua en contra de los españoles, el cazonci llamó a Nuritan, "su navatlato intérprete", para que le tradujera lo que decían los mensajeros mexicanos; y después envió a México a cuatro intérpretes (al mismo Nuritan, a Piyo y a otros dos cuyos nombres no se registran) para que se informaran de lo que estaba sucediendo en México y verificaran si era cierto lo que decían los mexicanos. Como a veces se llama "mensajeros" a los hombres enviados por Zuangua a México y en algún momento se especifica que los navatlataos fueron con ellos (con los mensajeros), es posible que los intérpretes sólo fueran en calidad de traductores de los mensajeros, aunque más bien parece que los intérpretes mismos eran los mensajeros. De hecho, Zuangua se refiere a ellos como personas experimentadas: "que no son muchachos para hacello como mochachos, y éstos sabrán lo que es"; y cuando vuelven de México son ellos los que le informan cómo los recibieron allá y qué es lo que vieron (cuando Zuangua, enterado de la llegada de los españoles a México, trataba de entender qué es lo que estaba sucediendo, se dice que los nahuatlatos refirieron el mito del dios Cupanzieeri para explicar lo que eran los caballos; sin embargo, debe tratarse de un error porque los nahuatlatos estaban en México en ese momento). Como poco después de haber regresado los nahuatlatos de México, Zuangua y mucha gente murió de viruela o sarampión, es posible que éstos hayan sido infectados por aquéllos.

El término "navatlato" que se usa indistintamente para referirse a los intérpretes da a entender que éstos eran fundamentalmente hablantes del náhuatl, pero el sentido del término es más amplio e incluye en general a los traductores de cualquier lengua. De hecho, para diferenciarlos, varias veces se explica si eran nahuatlatos "de la lengua de México" o nauatlatos "de la lengua de Mechuacan" (aunque, de todas formas, en ambos casos se supone que una de las lenguas habladas por el intérprete era el náhuatl. La indicación quizás sirviera para especificar cuál no era la lengua materna del intérprete).

El relato de la conquista española y el de la muerte de Zinzicha contienen varias referencias a intérpretes o nahuatlatos concretos. Para la conquista de Michoacán, Cristóbal de Olid llevó a "un navatlato o intérprete de la lengua de Mechuacan" llamado Xanaqua, originario de Michoacán (al parecer de Tzintzuntzan), quien había sido capturado por los mexicanos y por eso conocía el náhuatl. Xanaqua sirvió de intérprete entre Cristóbal de Olid y don Pedro Cuyniarangari cuando éstos se encontraron en Taximaroa. Aunque la Relación no lo especifica se puede deducir que hubo otro intérprete para traducir el náhuatl al español (se entiende que Xanaqua sólo hablaba tarasco y náhuatl). Además de traducir las palabras de Olid, Xanaqua le sugirió a don Pedro que no le hicieran la guerra a los españoles porque eran muy "liberales" pero también le recomendó que ocultaran el oro, la plata, las mantas y el maíz para que los conquistadores no se las tomaran, y le dijo que así lo habían hecho los mexicanos ("que lo escondieron todo").

Durante todo el proceso de conquista, los españoles debieron comunicarse con los tarasco a través de intérpretes y su intervención era lo suficientemente importante como para que, cuando Zinzicha visitó por primera vez a Cortés, don Pedro lo tranquilizara diciéndole que él y su hermano Huizizilzi se harían cargo de lo que ordenaran los "españoles y navatlatos" (como si estos últimos fueran también quienes daban directamente las órdenes). Con el tiempo algunos españoles que aprendieron la lengua de Michoacán también se convirtieron en intérpretes. Por ejemplo, Cayzedo (mayordomo de Cortés en Tzintzuntzan) tenía un intérprete español, "buena lengua", quien fue asesinado por unos principales indígenas. Más tarde, Nuño de Guzmán se sirvió del español Pilar (García del Pilar) como intérprete para comunicarse con Zinzicha y con don Pedro; sin embargo, en este caso, parece ser que Pilar sólo conocía el náhuatl (y el español) y que el indio (probablemente tarasco) llamado Ábalos era el traductor del tarasco al náhuatl (¿o directamente al español?). Ábalos era el único que tenía contacto con el cazonci mientras Guzmán lo tuvo preso en México, muy probablemente porque era el intérprete. Es muy posible que también en calidad de intérprete acompañara al cazonci cuando Guzmán lo llevó preso a Tzintzuntzan. Allí Guzmán apresó también a Ábalos porque, al parecer, él fue uno de los muchachos que le avisaron a fray Martín de Jesús que Pilar y Godoy, siguiendo las órdenes de Guzmán, estaban torturando al cazonci, a don Pedro y a Juan de Ortega, "un señor de los nabatlatos". Luego, durante el juicio al cazonci, Ábalos fue apresado de nuevo y le pusieron grillos durante dos días. Para entonces, Ábalos ya no era el intérprete del cazonci y en el juicio la traducción tarasco-español la hizo un "navatlato desta lengua [tarasco], corcobado". Ábalos fue, en este caso, uno de los testigos.

Aunque en todos estos casos se dice explícitamente o se sobreentiende que los llamados nahuatlatos eran intérpretes, el término nahuatlato también se utiliza, en general, para hablar de la población nahuaparlante. Así, Chunengo, Acauato y Zizupan eran pueblos de navatlatos y Zacapu hacarucuyo era un barrio de navatlatos. Asimismo, Juan de Ortega debe haber sido el señor de algún pueblo en donde se hablaba náhuatl. En una ocasión, por lo menos, el término nahuatlato se usa con el significado mucho más general de "hablante": "Y como [Guzmán] halló adelante un navatlato de la lengua de Mechuacan, recelóse y pensó que había gente de Mechuacan allí, de guerra". El dato es interesante porque podría ser un indicio de que no existía un témino en tarasco equivalente a nahuatlato, ni con el sentido de intérprete ni con el sentido de hablante. Más aun, parece indicar que quizás no existía un nombre general para la "lengua de Michoacán" ni para los hablantes del tarasco. También es importante hacer notar que en la lista de oficiales del cazonci nunca se menciona a los intérpretes, aún cuando por sus funciones se puede inferir que eran personajes muy importantes.